En el mundo de la tecnología, pagarle a una celebridad para que ame a tu producto puede ser contraproducente en algunas ocasiones. Éste es el caso del basquetbolista LeBron James.
Esta semana, la superestrella de la NBA, LeBron James, acudió a Twitter para anunciar una pesadilla de la era móvil: “Mi teléfono acaba de borrar todo lo que tenía y se reinició. ¡¡¡Uno de los sentimientos más enfermizos que he tenido en mi vida!!!”.
Aquí está el problema: ese teléfono presumiblemente era el Samsung Galaxy Note por el que a la estrella del Miami Heat le pagan mucho dinero para promocionar.
Esto fue solo lo más reciente en una serie de pasos en falso públicos por parte de celebridades que cada vez más les piden que hablen de productos tecnológicos.
James rápidamente borró el tuit y poco después; presumiblemente con algo de ayuda de sus amigos en la empresa coreana de gadgets, publicó esto: “Estuvo cerca. ¡Wheew! Recuperé toda mi información. ¡Gamer! Lol”.
Amor y desamor entre las empresas de tecnología y las celebridades
No es la primera vez que una celebridad, un contrato de patrocinio y Twitter se fusionan para crear un error extraño.
Solo este mes, la conductora de los Oscar, Ellen DeGeneres, se tomó la selfie vista en todo el mundo con un smartphone de Samsung, un gran patrocinador de los premios. Pero, tras bastidores, fue atrapada mientras tuiteaba pensamientos de los Oscar desde su iPhone.
La cantante Alicia Keys afirmó que fue hackeada el año pasado cuando aparentemente envió un tuit desde un iPhone días después de que fuera nombrada “directora creativa” para BlackBerry.
Y en 2012, Oprah Winfrey (o alguien de su personal) habló entusiasmadamente sobre la nueva tableta Surface de Microsoft; en un tuit que utilizaba Twitter para iPad.
A veces, las lealtades competitivas chocan cuando los patrocinios degadgets están involucrados.
En marzo de 2013, la estrella de The Big Bang Theory, Kaley Cuoco, tuiteó algunos elogios (patrocinados) para Dish Network’s Hopper, un sistema de DVR. Resulta que, CBS, que transmite el programa, estuvo encerrado en un pleito con Dish y otros fabricantes de DVR por la capacidad del sistema de saltarse anuncios.
Borró obligatoriamente el tuit. Dish acusó a CBS de obligarla. CBS lo negó. Y el pleito sigue.
Cuando las celebridades deben aprender qué tuitear
Martin Lindstrom, un consejero de marca de las empresas Fortune 500 y autor de Buyology: Truth and Lies About Why We Buy (Biología de las compras: verdades y mentiras sobre por qué compramos), dijo que esos errores son “un gran riesgo” cuando firman a patrocinadores celebridades.
Pero no esperes a que la práctica desaparezca pronto. Lindstrom también dijo que, incluso en estos casos en los que hay pasos en falso, los patrocinios rinden frutos.
"Aprendimos que el efecto positivo sorprendentemente parece más fuerte que el efecto negativo”, dijo, al citar la investigación realizada para uno de sus libros. “En la realidad, esto significa que los espectadores del Oscar son mucho más propensos a recordar el patrocinio de Samsung de Ellen, incluido el nombre Samsung, y difícilmente juzgan a la marca si una celebridad mete la pata con la situación”.
Y aunque los tuits de celebridades encabezan los titulares, Lindstrom dijo que la prevalencia de las redes sociales ahora significa que no son las únicas que analizamos para decidir qué pensamos sobre un producto.
"El concepto de patrocinio convencional de celebridades se expandió de solo involucrar a las superestrellas a involucrar a cada persona que tuvo 10 minutos de fama e incluso a personas que labraron cierta audiencia en un tema muy enfocado”, dijo.
"Más o menos todos nos hemos convertido en marcas personales; y por lo tanto todos somos más o menos propensos a atestiguarnos en un papel de patrocinio de marcas en el futuro”.
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